Toros de la Peza

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Un año más hacemos esta caminata taurina...

Lugros amanece entre nubes de colores.

A las ocho de la mañana nos encontramos en el cortijo del llano de Lugros, hoy vamos al famoso "encierro de la Peza".

Mientras descansan tranquilamente los toros con los cabestros tumbados en el corral, por la puerta aparece "Pascual" el maestro y veterano mayoral, montando a su inseparable caballo y apoyado por los hijos detrás.

Con el sonido que tantas mañanas los toros se habrán levantado para comer, "Pascual" los reclama como si de un rebaño de ovejas se tratara y noblemente todos se levantan y lo siguen.

 Desde la valla con las primeras luces del día, todos contemplamos expectantes el inicio de la salida.

Dando una vuelta por el corral, la manada se reúne y uno detrás de otro, salen por la puerta para iniciar el recorrido hacia la plaza.

"Pascual" camina siempre delante, seguido de los cabestros y los toros; a los lados y detrás, los tres hijos del Mayoral respaldan la manada para que no se separe ningún novillo. 

 "No hay que perderles de vista", aconsejan a los que caminamos con ellos.

El Picón camuflado entre las nubes.

El abuelo, los tíos y el padre le transmiten el oficio al más pequeño de la familia. Mientras el chiquillo no pierde detalle.

Cortijo Narváez.

Bordeando el cortijo apreciamos las paredes derruidas por el paso del tiempo y el viejo tronco del centenario olmo ya caído.

 Es el momento de reunirlos para hacer un pequeño descanso.

En la mano izquierda la vara y en la derecha la piedra, si se vuelve el novillo, no hay tiempo para buscar una piedra.

Buenooooo mejor no acercarse demasiado...

Otro descanso y aprovecho para echar unas fotos y hacer justo lo que nunca se debe hacer, sentarse para la foto tan cerca del toro. No olvidemos que aunque es noble en el campo, en cualquier momento...

Gañán y toro se guardan el aire.

La Peza y el pantano "Francisco Abellán" justo detrás.

Ya en la Peza, dejamos a los toros que esperan a que sea la hora para llevarlos a la plaza y los que venimos andando, nos vamos a la típica plaza de palos que aún se conserva por estos pueblos de alrededor.

El Cañón de la Peza que como todos saben, tiene su historia en este pueblo.

Cañón hecho de castaño como aquel que emplearon con los franceses.  "Mª José" intenta meterle fuego, pero no se si hará el estruendo que hizo aquella vez jejjejeje

Una vez los toros en la plaza, echan a los cabestros que sin guiarlos nadie, emprenden su camino hacia el corral. Por lo que es usual ver a los mismos solos por estos entornos cuando han hecho algún  encierro. 

Eso sí, tranquilos, ya que  casi siempre son alcanzados en mitad del camino por los gañanes que al terminar el encierro, vuelven en caballo otra vez al corral. 

Justo al terminar el encierro y tomarnos alguna cerveza, proseguimos nuestro camino de vuelta.

jejjejej Ahora sin miedoooo

Nos despedimos de los gañanes que con los Cabestros siguen  hacia Lugros. El grupo de senderista del club de montaña de Lanteira hacemos una pequeña parada para disfrutar de un merecido bocadillo en el  Cortijo de Narváez.

Antonio nos ofrece una de sus leyendas.

Cortijo Narváez.

Y con esta imagen del Cortijo nos despedimos...